21 de abril de 2010

LA ITALIANA MÁS RUBIA DE LOS 80

En la década de los 80, varios fueron los intérpretes extranjeros que se hicieron un hueco en nuestra música y ya de paso, se buscaron residencia por aquí. Conocidos son los casos de Georgie Dann, Pimpinela o Raffaella Carrá. De ésta última quiero hablar hoy. A pesar de l@s much@s detractor@s que tenga, considero a la Carrá una artista integral, que cantaba muy bien, bailaba aún mejor y ha sabido mantenerse en forma sin abusar del botox como otras estrellas de los 80 (léase Raquel Welch, por ejemplo). Lo único criticable fue que en uno de tantos programas de TV que ha hecho a lo largo de su andadura profesional, hablando sobre nutrición y dieta sana, echó por tierra a nuestra (o mi) adoradísima tortilla de patatas, porque alegaba que mezclar hidratos con proteínas (o churras con merinas, de estos temas entiendo muy poco), engordaba demasiado.


En fin, volviendo a sus canciones...¿quién no ha bailado alguna vez alguna de ellas?

Conocidas por aquí muchas: En el amor todo es empezar, ¡Qué dolor!, Fiesta, Para hacer bien el amor hay que venir al sur, Mamá dame 100 pesetas (un clásico ya!), Rumore, Caliente,caliente...

Las letras también eran muy fáciles de aprender y su música ha sido siempre motivo de baile en muchas fiestas....de hecho estoy pensando en ponerla en mi boda!!

11 de abril de 2010

¡¡¡TRAGABOLAS!!!

¿Quién no ha jugado alguna vez al Tragabolas? Juego tonto donde los haya pero que me proporcionó en su día largas horas de entretenimiento familiar. Las instrucciones era escasas. El objetivo sencillo: tragar bolas.

El tablero (rojo) consistía en una especie de bandeja con 4 "hipopótamos" con una palanca negra en el mismísimo culo (así es, qué queréis que os diga...),presionando sobre ella, el hipopótamo estiraba el cuello y tragaba las bolas, que se iban acumulando en nuestra parte de la bandeja. Y por lógica aplastante, ganaba el que más bolas cogía. La táctica era básicamente ser muy rápid@ para atrapar muchas bolas.

Lo que siempre me sorprendió mucho fue la resistencia de las palancas negras y los cuellos extensibles de los hipopótamos....tras años de fiel servicio (lo que incluía cientos de presiones ), jubilamos el juego porque mi hermana y yo nos hicimos mayores, pero no porque dejara de funcionar.

Y ahora que lo pienso...¿dónde iría a parar mi juego? Si no acabó en la basura (las madres tienden a no pedirnos opinión a la hora de deshacerse de las cosas), espero que terminara sus días en manos de otr@s niñ@s proporcionando más horas de diversión....